El guardián entre el centeno és una novel·la destinada a l’adolescència. Què preocupa als adolescents? Principalment el cos. L’etapa de l’adolescència és una etapa de crisi, de canvis físics i mentals, on els joves només pensen en ser “guais”, agradar els altres, ser els populars de la colla. Molts passen per canvis que no són agradables: acne, tendència a engreixar-se, quedar-se baixet, créixer massa de cop... l’obsessió i el culte pel cos són molt patents en aquesta etapa de la vida de les persones. Això també reflecteix en la crítica a la gent que se surt dels cànons de bellesa.
El llibre de Salinger, dóna molta importància a aquests canvis, que provoquen tants problemes i trastorns avui en dia.
(p.32) “ Era un tío de esos muy,muy altos – medía como uno noventa- con los hombros caídos y una dentadura aquerosa. En todo el tiempo que fuimos vecinos de habitación no le vi lavarse los dientes ni una sola vez. Los tenía siempre horribles y como mohosos, y si le veías en el comedor con la boca llena de puré de patata y guisantes o algo así, casi te daban ganas de vomitar. Además de eso, tenía un montón de granos. No sólo en la frente o en la barbilla, como la mayoría de los tíos, sino por toda la cara”.
(p. 58) “La cogió y la leyó mientras se desabrochaba la camisa. Ahí estuvo, leyéndola y como acariciándose el pecho y el estómago con una expresión totalmente estúpida en la cara. Siempre estaba acariciándose el pecho o el estómago. Se quería con locura”
(p. 35) “ Empezó a limpiarse las malditas uñas con la punta de una cerilla. Siempre se estaba limpiando las uñas. En cierto modo, tenía gracia. Tenía los dientes todos mohosos y las orejas más sucias que un demonio, pero se pasaba el día limpiándose las uñas. Supongo que pensava que con eso era un tío aseadísimo.”
(p. 40) “ Salió de la habitación con el neceser y la toalla debajo del brazo. No llevaba ni camisa ni nada. Siempre iba con el pecho al aire porque se creía que tenía un físico estupendo. Y lo tenía. Tengo que reconocerlo.”
(p. 42) “ Cuando acababa de arreglarse siempre tenía buen aspecto, pero si le conocías como le conocía yo, sabías que era un guarro secreto. Si se arreglaba tanto para tener buen aspecto era porque estaba locamente enamorado de sí mismo. Se creía el tío más guapo del hemisferio occidental. Era bastante guapo, lo reconozco. Pero sobretodo era un guapo de esos que si tus padres veían su foto en el anuario del colegio, enseguida decían “¿Quién es ese chico?”. Quiero decir que era sobre todo un guapo de anuario. En Pencey conocí un montón de tíos que me parecían mucho más guapos que Stradlater, pero que no parecían guapos cuando veías su foto en el anuario. En el anuario parecía que tenían orejas de soplillo o una nariz muy grande. Me ha pasado muchas veces”.
Aquests són uns dels molts exemples sobre l’importància del cos que es veuen dins l’història. Un exemple clar de realitat adolescent.
El llibre de Salinger, dóna molta importància a aquests canvis, que provoquen tants problemes i trastorns avui en dia.
(p.32) “ Era un tío de esos muy,muy altos – medía como uno noventa- con los hombros caídos y una dentadura aquerosa. En todo el tiempo que fuimos vecinos de habitación no le vi lavarse los dientes ni una sola vez. Los tenía siempre horribles y como mohosos, y si le veías en el comedor con la boca llena de puré de patata y guisantes o algo así, casi te daban ganas de vomitar. Además de eso, tenía un montón de granos. No sólo en la frente o en la barbilla, como la mayoría de los tíos, sino por toda la cara”.
(p. 58) “La cogió y la leyó mientras se desabrochaba la camisa. Ahí estuvo, leyéndola y como acariciándose el pecho y el estómago con una expresión totalmente estúpida en la cara. Siempre estaba acariciándose el pecho o el estómago. Se quería con locura”
(p. 35) “ Empezó a limpiarse las malditas uñas con la punta de una cerilla. Siempre se estaba limpiando las uñas. En cierto modo, tenía gracia. Tenía los dientes todos mohosos y las orejas más sucias que un demonio, pero se pasaba el día limpiándose las uñas. Supongo que pensava que con eso era un tío aseadísimo.”
(p. 40) “ Salió de la habitación con el neceser y la toalla debajo del brazo. No llevaba ni camisa ni nada. Siempre iba con el pecho al aire porque se creía que tenía un físico estupendo. Y lo tenía. Tengo que reconocerlo.”
(p. 42) “ Cuando acababa de arreglarse siempre tenía buen aspecto, pero si le conocías como le conocía yo, sabías que era un guarro secreto. Si se arreglaba tanto para tener buen aspecto era porque estaba locamente enamorado de sí mismo. Se creía el tío más guapo del hemisferio occidental. Era bastante guapo, lo reconozco. Pero sobretodo era un guapo de esos que si tus padres veían su foto en el anuario del colegio, enseguida decían “¿Quién es ese chico?”. Quiero decir que era sobre todo un guapo de anuario. En Pencey conocí un montón de tíos que me parecían mucho más guapos que Stradlater, pero que no parecían guapos cuando veías su foto en el anuario. En el anuario parecía que tenían orejas de soplillo o una nariz muy grande. Me ha pasado muchas veces”.
Aquests són uns dels molts exemples sobre l’importància del cos que es veuen dins l’història. Un exemple clar de realitat adolescent.
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